Restaurante de dos plantas con terraza, que se integra en un edificio perteneciente a un centro comercial con una imagen muy definida de construcciones blancas comunicadas por espacios exteriores. Junto a la carretera nacional CA-31, que comunica Sevilla con Cádiz, de importante flujo. Proyecto de interiorismo que parte de crear una fachada y dos terrazas atractivas y diferenciadora del entorno.

El local invita por sus numerosos espacios a hacer un recorrido por diferentes ambientes, pero manteniendo una estética armónica. Esta continuidad se propone con tonos verdosos, que acompañan desde la fachada, hasta las puertas de baños, utilizando los zócalos, molduras o suelos de gresite. Maderas de castaño ligeramente teñidos, que aportan calidez, y un carácter diferenciador.

Los tapizados dan color y textura a la propuesta, junto a la entrada con el color caldera que provoca calidez y contraste con el ladrillo de barro colocado de forma singular. Los tapizados rojizos, verdes y azules de la planta alta empastan bien con los tapices colgados en pared de tonos neutros , colocados para mejorar la acústica y calidez del espacio.

Los baños pretenden dar una pequeña sorpresa de sobriedad, con microterrazos, y gresites oscuros y maderas de acacia, con iluminación puntuales sobre lavabos, para recrear claro-oscuros.

La vegetación interior y exterior acompaña la propuesta para dar frescor y matices, sin ser protagonista. Integradas en grandes macetones cerámicos vidriados con tonos verdes, grises y azulados.