El nuevo Edificio Departamental de Ciencias Económicas se levanta sobre una plaza que cubre un aparcamiento que se ejecutó años atrás en la parcela B-5 situada en el extremo norte del Campus Universitario de Almería. Se trata de un edificio de planta rectangular estructurado en tres plantas vertebradas según un eje longitudinal, que coincide con la circulación interior principal, que distribuye los espacios de uso a izquierda y derecha.

La orientación de este, según su dimensión longitudinal, es norte-sur fijada fundamentalmente por la forma de la parcela, permitiendo que las fachadas principales tengan orientación este-oeste. Las fachadas oeste y este, para mejorarlas desde el punto de vista bioclimático, se retranquean respecto al plano de cubierta, creando de esta forma viseras protectoras de diferentes dimensiones. La protección frente a sobrecalentamientos de la fachada este se refuerza además con una celosía de orden mayor orientada según la mayor incidencia solar. Con todos estos elementos bioclimáticos (viseras y celosía) se persiguen dos objetivos, uno funcional al mejorar la envolvente térmica y otro arquitectónico al regularizar el prisma arquitectónico produciendo que su lectura volumétrica sea clara y limpia.

Compositivamente el edificio ha sido concebido como un volumen rotundo con forma prismática, horadado por entrantes que le dan carácter escultórico al tiempo que permite la entrada de luz natural y vistas a los distintos recintos y zonas comunes. En dichos entrantes se suceden cubos que emergen creando sombras unos sobre otros, y que permiten que la fachada sea telón de fondo respecto a la plaza, surgiendo un diálogo entre el edificio y la misma.

La entrada principal se sitúa de forma excéntrica en la fachada oeste, jerarquizando y dignificando la misma. Esta entrada permite el acceso al hall acristalado de triple altura produciendo que el usuario se sitúe y se oriente en cuanto al estructura funcional del propio edificio. La lectura arquitectónica se ha potenciado con la utilización fundamentalmente de dos colores en todo el edificio, el blanco y el gris (parte de los colores corporativos de la propia Universidad de Almería).

Los cerramientos del volumen exterior del edificio se resuelven con fachadas semiventiladas con capacidad de adsorción térmica y aplacado indirecto con fijación mecánica. Los materiales utilizados para los acabados se han escogido siguiendo criterios de larga duración y fácil mantenimiento. Ejemplo de ello es el empleo de lamas en los falsos techos, suelos de gres porcelánico gris de gran formato con capacidad de sufrimiento y el mínimo de juntas, piedra de Sierra Elvira en las escaleras, tarima flotante laminada en alta presión en despachos de representación, alicatado en paredes de cuartos húmedos, lavabos de piedra artificial y de terrazo.