De antigua panadería a clínica.

El proyecto parte de la idea romántica de diseñar una clínica en lo que había sido casi cien años atrás la panadería familiar.

Situada en planta baja, en pleno centro de la ciudad de Lepe, cuenta con una fachada única, que pertenece al imaginario local. El espacio presenta dos naves muy diferenciadas; la principal, con unos arcos estructurales muy importantes que marcan el ritmo de la planta, y una segunda nave, más actualizada que ha sufrido alteraciones con el paso del tiempo.

En busca de la esencia, que intuimos bajo las distintas pieles existentes, picamos hasta llegar a nuestro propio lienzo en blanco, basado en la puesta en valor de la materialidad de lo existente y en la búsqueda de la luz.

Con los arcos y el ladrillo visto como protagonistas, se construye como base un suelo infinito de microcemento en color lino natural, y se introduce de forma honesta una serie de paramentos verticales de vidrio que dan respuesta a los usos principales requerido por la clínica, quedando cerrada únicamente la pastilla de espacios servidores.

La fachada original se mantiene, aprovechando los huecos existentes para construir con una carpintería muy fina en color crema, el acceso mediante un cubo de vidrio y la entrada de luz de la sala de espera.

Todos estos planos de vidrio generan una tensión entre interior y exterior, originada por el diálogo de vacíos, la incidencia de la luz, y la calidez de los materiales, creando una atmósfera de seducción de la que el visitante puede disfrutar desde el inicio del recorrido.

Los recursos espaciales, texturas, materiales e interiorismo: panelado, mobiliario, iluminación, vestuario, cuidadosamente pensados y seleccionados por el estudio, constituyen la imagen de marca de la clínica. Una imagen que nos traslada a la belleza y la delicadeza del cálido mediterráneo.