El encargo consiste en un proyecto de vivienda de obra nueva en Lleida resuelto con una clara disposición racionalista y con espacios envolventes para mejorar la calidad ambiental y el confort de los habitantes. La composición volumétrica del edificio se implanta de forma natural en una parcela de 905m2 con pendiente.

El edificio principal del proyecto se compone de 3 plantas con un espacio de mayor altura en la zona superior, una pieza anexa longitudinal en planta baja y un sótano que actúa como zócalo del edificio.

Además de éste se plantea también un volumen complementario en la zona exterior. Los espacios interiores se proyectan teniendo en consideración criterios de composición bioclimáticos y funcionales. De esta forma se plantea la zona de día en el Sudoeste y la zona de noche con las habitaciones en el Norte-Este. Los usos infraestructurales se encuentran en la planta sótano. Para definir la atmósfera interior de la vivienda se busca alcanzar el bienestar mediante los materiales y espacios.

Se parte de tres únicos materiales cálidos y atemporales. Madera de roble en pavimentos, particiones de espacios y revestimientos, porcelánico para espacios húmedos de baños y cocina y cristal fumé con doble butiral gris para divisiones interiores translúcidas.

El roble natural envuelve como una piel prácticamente toda la vivienda. Con la incidencia de la luz natural, los espacios se dotan de calidez, serenidad visual y confort espacial. Este revestimiento recorre toda la vivienda escondiendo y abriendo huecos de iluminación, para bañar de luz todas las estancias y corredores centrales de distribución y crear así diferentes texturas de sombras y caracteres arquitectónicos cambiantes.

Uno de los espacios más destacados y singulares del proyecto se encuentra en la zona de living con una doble altura y una escalera de fuerte geometría de roble que dota de amplitud, luminosidad y una cierta majestuosidad a la vivienda. Por otro lado, una de las principales estrategias del proyecto es generar una transversalidad visual con el espacio exterior creando grandes huecos abiertos hacia el jardín que desdibujan el límite entre el interior y el exterior y refuerzan su relación