A pocos metros de su actual sede Granada, Cruz Roja decide ampliar sus instalaciones en un local de planta baja en los bajos de un bloque residencial al final del céntrico Paseo del Salón. Esta decisión responde a dos necesidades: la primera deriva de la propia gestión interna para la reagrupación de todos los equipos dispersos a lo largo de la ciudad ampliando además la oferta de puestos de trabajo. La segunda, desde un punto de vista estratégico, el nuevo local permitía una mayor visibilidad en el devenir diario del ciudadano de a pie.El local era adecuado para ambas finalidades. Por un lado, ofrecía una generosa superficie y altura (5metros) donde encajar el programa demandado: aula multiuso para actividades culturales y de formación, espacio grupal de trabajo, despachos y espacios de servicio. Por otro, su estratégica posición urbana y su geometría triangular, con tres fachadas a la vía pública, lo convertía en un lugar muy expuesto.La propuesta implementa, en la irregularidad del local, los usos demandados maximizando la superficie del espacio común de trabajo el cual se desarrolla de forma paralela a la fachada principal con orientación norte. Los despachos se localizan en su cara sur mientras que la sala multiusos se implanta aprovechando la profundidad del muro limítrofe con el local adyacente. Los usos de servicio (aseos e instalaciones) se adosan en la medianería con el portal del bloque. En este encaje se potencia la máxima transparencia y flexibilidad del espacio de trabajo tanto interior como exterior de manera que las divisiones se resuelven a través del mobiliario: armarios, taquillas y celosías. Si en el interior los cerramientos no llegan a techo para permitir el paso de luz, en el exterior la apertura de fachada lleva al extremo las posibilidades de los huecos originales. Para intensificar la relación dentro-fuera, un banco corrido recorre linealmente la fachada norte, entre la calle y el local, “cediendo” así una infraestructura pública para el descanso, un lugar de encuentro entre Cruz Roja y la ciudad de Granada.Cruz Roja en la calle plantea una nueva forma de entender la relación de la organización con la sociedad. El cartón, reciclado y reciclable, se introduce como material capaz de simbolizar la decidida apuesta de Cruz Roja por una actuación sostenible y concienciada con el medio ambiente. Un único elemento, el tubo o “mandrino” (en formatos de 10 y 20cms) sostiene la propuesta en combinación con el DM (otro material reciclable) para ofrecer un espacio crudo y cálido a la vez. El cartón actúa como material estructural, de cerramiento, de luminaria, de falso techo, de celosía de luz, trampa acústica o de filtro para el aire de ventilación (impulsión y retorno). El resto de acabados (vermiculita proyectada, tablero acústico de viruta de madera, hormigón, etc) enfatizan esta decisión.Cruz Roja en la calle construye un nuevo modelo de espacio de trabajo en contacto con la ciudadanía. Un modelo abierto, flexible y cambiante capaz de visibilizar el día a día de la organización en el Siglo XXI.