Situado en un amplio terreno junto a un camping, la Jochen-Klepper-Haus, una villa, que anteriormente pertenecía a la directora de una fábrica de porcelana, es un lugar muy atractivo y conocido más allá de la región. Se inició un concurso de arquitectura para ampliar el programa con tres salones de eventos y la infraestructura necesaria con el objetivo de desarrollar aún más el lugar adecuándolo como centro comunitario.

Como complemento de la villa histórica con su fachada colorida, el nuevo edificio se ha desarrollado como una construcción de entramado de madera que, a través de su permeabilidad, enlaza el espacio interior y exterior maximizando las posibilidades espaciales del sitio: la población existente de árboles y los claros, el jardín de la villa hacia el oeste y la vista hacia el paisaje circundante, los cuales se han convertido en valores de referencia de la ubicación.

La demanda de habitaciones de diferentes alturas se utiliza para acentuar la posición topográfica de la colina en las afueras de la ciudad y, al mismo tiempo, el edificio se percibe como una silueta clara. El material y la forma se reducen al mínimo estructural, poniendo de relieve su carácter expresivo: delgadas vigas de caja, que se utilizan como elementos de techo y de pared, eran prefabricadas y premontadas fuera del sitio.