Casa en Piornal

La casa se sitúa a la entrada de un pequeño pueblo, Piornal, puerto de montaña entre dos paisajes excepcionales, el Valle del Jerte y la Vera. Está construida sobre una gran roca de granito que años atrás fuera la era de trilla donde la familia de los propietarios trillaba el trigo y lo aventaba para obtener el grano, debido a su localización abierta y expuesta al valle y los vientos que ascienden desde él. La altitud (1.175m aprox.) y la posición al borde hacen del lugar un mirador excepcional sobre el Valle de Jerte.

Se trata de una arquitectura comprometida con el medio y el entorno que responde a las premisas ecologistas de los propietarios. La integración en el paisaje y la relectura de las formas de hacer de la arquitectura vernácula han sido los puntos de partida.

Al segregar la finca de la trilla familiar se obtuvo una parcela con una única fachada a la calle y el resto de sus bordes medianeros, de forma que el proyecto tenía la obligación de abrir huecos de luz y ventilación únicamente a esa fachada. Por este motivo, quiebra su geometría retranqueándose en planta para crear un patio delantero que permite tener dos orientaciones de apertura.

El sistema estructural revisita, desde un punto de vista contemporáneo, la manera tradicional de construir en estas latitudes (cubiertas inclinadas sobre muros de carga): un anillo perimetral de un pie de ladrillo sostiene la cubierta inclinada a cuatro aguas. Esta cubierta es una estructura espacial de hormigón armado atada en su base con cuatro vigas de acero que funcionan a tracción, eliminando los empujes laterales para que descanse verticalmente sobre los muros, que trabajan a compresión. Se obtiene así un espacio interior diáfano, pues los elementos estructurales verticales conforman un anillo perimetral que deja libre el interior.

Se apuesta por una sensibilidad estética situada, aprendiendo del contexto local donde el alto coste de la piedra ha llevado a los constructores a buscar soluciones más económicas como el uso de la chapa y la teja para cubrir las medianeras.

Se han utilizado materiales saludables en los revestimientos (cerámica, madrera, piedra, mortero y pintura de cal) y de proximidad. El granito de los muros de mampostería ha recorrido sólo 3,4km desde la cantera hasta la obra.

La calefacción y el agua caliente sanitaria para consumo no tienen como fuente de energía la red eléctrica, se obtienen de un sistema mixto que incorpora placas solares térmicas y una caldera de pellet, con unidades terminales de radiadores de agua. La carcasa estructural compuesta por los muros de carga y la cubierta de hormigón armado está revestida hacia el exterior en su totalidad por una capa de aislamiento térmico, de forma que prácticamente no existen puentes térmicos. Este hecho, unido al aprovechamiento de la inercia térmica del ladrillo en contacto con el aire interior y a la posición de los huecos de captación solar y ventilación hacen que la vivienda tenga un consumo de energía muy bajo para su contexto.